Nuestra confitura de naranja tiene un secreto. Un secreto que estamos dispuesto a revelarte aquí y ahora. Solo tienes que quedarte y acompañarnos en este viaje a uno de los grandes placeres para el desayuno… y para cualquier momento. Porque, lo reconocemos, nos gusta la confitura, y en particular la de naranja, a todas horas del día. Cualquier instante es bueno para darnos un gusto que, por otra parte, bien nos merecemos. Y es que no hay que olvidarnos del paladar si hablamos de cuidarnos, y en eso en Bebé somos especialistas.
La naranja es una de esas frutas sin las que la vida sería totalmente diferente. Decir eso tiene mucha más razón de ser en el país en el que vivimos y en la zona geográfica que tenemos la suerte de disfrutar. De la naranja, además de ser una fruta de un sabor excepcional, podemos decir que ha estado presente en nuestra vida desde que podemos recordar. Siempre, desde que éramos pequeños, es fácil poder acordarnos de cómo siempre había alguna pieza de naranja para el postre casero.
Además, la naranja es un símbolo del mediterráneo. Una palabra que evoca mucho más que un mar o un territorio. Un estilo de vida, una dieta que está considerada como la más equilibrada y saludable y que tiene el honor de recibir incluso el nombre propio que le da esa palabra. Y eso, tener un nombre propio que llene de distinción a nuestra materia prima, es algo que conocemos muy bien en Bebé. Por algo nuestras frutas son reconocibles, además de por su tacto, aroma y sabor, por su nombre.
Confitura de naranja amarga Bebé, un sabor con personalidad propia
El fruto del naranja suele ser conocido por su gusto mezcla de lo ácido y lo dulce. Pero quedarnos ahí sería no hacer justicia a una fruta que el ser humano lleva consumiendo años en muy diferentes formatos. Al natural como fruta de mesa, en zumo o en confitura, por citar solo los ejemplos más populares, es irresistible. Además, es una de las mayores fuentes de vitamina C que podemos encontrar y también nos provee de antioxidantes que contribuyen a retrasar el envejecimiento de nuestro organismo.
Pero en Bebé tenemos un secreto más para que nuestra confitura de naranja sea especial. Está hecha con naranjas amargas. Una fruta con nombre propio que procede del árbol perenne citrius aurantium y que se usa incluso para perfumes o en aceites esenciales. Uno de sus distintivos más reconocibles es su cáscara, más gruesa que en otras variantes, pero lo que la hace verdaderamente única es el toque amargo de su pulpa. Se trata de una naranja con una textura y un sabor ideal para apreciar específicamente en forma de confitura.
Porque te mereces solo lo mejor. Ese es nuestro compromiso contigo. Llevar hasta ti una materia prima elegida con esmero y dedicación, con mimo, que es una palabra y un valor que impregna todo lo que hacemos. Porque nos motiva que cada mañana te levantes con fuerza y que confituras como la de naranja amarga sea una de las primeras cosas que consigan dibujarte una sonrisa y te contagien ganas de comerte el mundo.